jueves, 4 de junio de 2015

LAS FRUTAS – CÓMO COMERLAS

La sandía produce arsénico al rato de abierta y la piña junto con la leche puede matar cucarachas, son algunas de las advertencias de Albert Morales. Que las frutas se oxidan al contacto con el aire es algo que todos sabemos, pero que la sandía a los 30 minutos de abierta produce 0,5% de arsénico, y que éste sube al 3% si se combina con otras frutas o con alcohol, es algo que pocas personas conocen.

Las frutas tienen muchas propiedades y vitaminas, pero un mal uso de ellas puede ocasionar problemas al organismo, advierte el bioquímico Albert Morales, que lleva casi 40 años estudiando las dos caras de la moneda: los beneficios y las contraindicaciones de estos alimentos. Uno de sus descubrimientos es que las frutas ácidas no se deben mezclar entre sí, ni con frutas dulces, porque elevan la acidificación del organismo. Entre estas está la naranja, mandarina, limón, pomelo. Lo mejor es comerlas por separado y solamente en las mañanas. "Pese a que son de la misma familia y tienen ácido cítrico, todas tienen ácidos diferentes que al mezclarse con la fructosa y los jugos digestivos, produce una elevación de la acidificación, alto índice de fermentos y alcohol dentro de nuestro organismo que conlleva problemas vesiculares. Es una bomba molotov lo que se produce allá adentro", ejemplifica.

Morales asegura que tampoco hay que comer frutas cítricas luego de una comida abundante en grasas por creer, erróneamente, que el ácido las corta. "Al contrario, hace que el metabolismo las asimile y el hígado se engrase, lo que puede terminar en cirrosis". El higienista chileno Mauricio Esteban, quien lleva también varios años estudiando y practicando la correcta asociación de los alimentos, concuerda: "Las mezclas de los alimentos generan venenos. Si comes mal y además agregas frutas sin mezclar adecuadamente, te estás enfermando más que si no comieras fruta". Y agrega: “Lo ideal es comer la fruta de una sola. El tutti frutti es peor que un pollo con papas fritas. Y mezclar un kiwi con un plátano es peor que una hamburguesa, peor, peor. Mejor cómete la hamburguesa".

La explicación es que son bioquímicamente antagónicas, porque el plátano es un almidón con múltiples nutrientes y el kiwi es un potente antioxidante, con más vitamina C que un kilo de limones. Incluso postula que jamás hay que combinar frutas con verduras y que solamente la manzana va bien con éstas últimas.

Semillas: vitaminas y veneno Con las semillas pasa también algo curioso. Las de damascos, ciruelas, duraznos, frutas cítricas y las almendras son ricas en ácido cianhídrico, según investigaciones en Estados Unidos, que Morales difunde con entusiasmo. Eso sí, habría que comer 3 o 4 kilos para que sean tóxicas, mientras que tras masticar unas pocas, una enzima digestiva convierte ese ácido en vitamina B17, buena contra el cáncer. La semilla de la sandía contiene una sustancia que ayuda a limpiar el riñón, activa la corteza suprarrenal y permite corregir problemas inflamatorios. "Activa todo el sistema celular del riñón, haciendo que tenga funciones, si no similares, al menos del 50% de su funcionamiento normal", promete el experto en frutas.

El melón y la sandía no se llevan bien con la leche, ni entre ellas ni con otras frutas, según pruebas de laboratorio. "Por eso hay un adagio popular que dice que la sandía y el melón en la mañana son oro, al mediodía son plata y por la noche, matan", pregona Albert Morales. El melón es mejor comerlo solo y preferiblemente en las mañanas porque se metaboliza bien cuando hay sol: "Es la fruta del aparato digestivo. Le hemos encontrado sustancias diuréticas que ayudan a controlar el problema de retención de líquidos, que sirve a personas obesas".

Para no confundirnos, Albert Morales recomienda comer cítricos como naranjas, mandarinas, kiwis, piñas, moras o pomelos en las mañanas y solos, sin combinaciones, y luego de media hora, ingerir una ensalada de frutas dulces o tomar desayuno. A mediodía, lo mejor son las frutas proteicas oleaginosas como nueces, almendras, maní, sésamo, pistachos, macadamia, avellanas, coco, palta. "Contienen entre un 25 y 30% de proteínas y todas tienen entre ocho y diez aminoácidos esenciales".

Una de sus recomendaciones más insistentes es el consumo de palta, a cualquier hora: "Es una de las frutas más espectaculares, porque es rica en clorofila y la única diferencia con la sangre humana es que la nuestra es rica en hierro en magnesio. Comer palta es como consumir sangre", asegura.
En la noche y a cualquier hora del día, viene bien una buena ensalada de frutas dulces: papaya, plátano, pera, manzana, durazno, cereza, fresas, frambuesa, mangos. ¿Qué cantidades comer? Todo exceso es malo. Según Albert Morales, por ejemplo, mucha palta produce diarrea, los cítricos causan acidosis y problemas en el tejido mucoso intestinal, demasiadas almendras o similares provocan estreñimiento y otros problemas digestivos.

El terapeuta confiesa: "Me he alimentado durante un mes con puras frutas, comiendo al desayuno, almuerzo y cena y en cantidades que quedo satisfecho. Pero si una persona se come cinco kilos de fruta de una vez, eso ya no es bueno". Para Albert Morales, la mandarina es por excelencia la "fruta ecológica", porque es "la única capaz de arrastrar del organismo metales pesados como el mercurio, cadmio y plomo. Y además es la más rica en ácido fólico, por eso también la llamamos "la fruta de la embarazada", previene los problemas de la espina bífida, iatrogénicos y mutagénicos en el bebé".

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