miércoles, 7 de enero de 2015

¿Qué puedes hacer para nutrirte bien y dejar de ansiar la comida?

La solución no está en prohibirse los alimentos deseados, porque como cualquier cosa prohibida: ¡la ansiamos más y vamos por ella! sino en conseguir una alimentación balanceada y rica en nutrientes. Aquí van algunas recomendaciones que te ayudarán a controlar el apetito desmedido:
  1. Toma mucha AGUA, mucha gente sufre de deshidratación crónica sin darse cuenta, la cual puede confundirse con hambre. Cuando se presente un antojo, antes de comerlo bebe un vaso de agua y observa si con eso la sensación desaparece, te vas a sorprender cuántas veces confundiste el hambre con la sed. No sustituyas con nada el agua natural, es un valioso líquido que tu cuerpo necesita y que te ayudará a controlar la ansiedad. Como recomendación general necesitamos entre 8 a 10 vasos de éste valioso líquido, y si el clima es caluroso y haces ejercicio, necesitarás mayor cantidad. Un buen tip para saber si estás bien hidratado es observar tu orina, ésta tiene que ser sumamente clara y transparente, si ves que tu orina tiene un color ámbar, está muy concentrada y no orinas con frecuencia, inmediatamente ve a beber agua, la necesitas urgentemente.
  2. Aumenta tu consumo de FIBRA a través de la ingesta de verduras verdes crudas, frutas enteras con cáscara, cereales integrales y leguminosas como frijol y lenteja. Estos alimentos contienen un componente que no se digiere que se le llama fibra y que al combinarse con agua se expande en tu aparato digestivo ayudándote a sentir confortablemente satisfecho por más tiempo. Además la fibra ayuda a evitar el estreñimiento y retrasa la absorción de azúcares en la sangre, siendo de mucha ayuda para personas diabéticas o con síndrome metabólico.
  3. Ingresa a tu cuerpo alimentos con extraordinario valor nutricional como verduras, frutas, pescados azules, cereales integrales e incorpora siempre que sea posible superalimentos como bayas de goji, espirulina, linaza, amaranto, quinoa, jugos verdes, entre otros, todos estos alimentos aportan muchos nutrimentos y son bajos en calorías.
  4. Toma un suplemento alimenticio que contenga una mezcla completa de vitaminas y minerales para que no tengas carencia de ninguno de ellos, pues basta que uno esté ausente para que tu cuerpo te lo pida a gritos o enferme.
  5. Cuando la ansiedad es desmedida, se pueden emplear algunossupresores naturales del apetito como la yerba mate, el té verde  y extractos naturales de hierbas como Irvingia Gabonensis (mango africano); estos alimentos te ayudarán a controlar la ansiedad por los alimentos.
Ahora abordaremos el otro aspecto, no menos importante que es el “Hambre Emocional“. Es bien sabido que las emociones juegan un papel muy importante en la forma en la que comemos.
Muchas personas comen cuando no tienen hambre para llenar vacíos emocionales, por que están aburridas, porque se sienten solas, por estrés, porque no tienen relaciones satisfactorias, porque tienen un trabajo estresante, porque necesitan premiarse, para festejar algo, después de una larga jornada laboral, etc. Hay un sin fin de causas emocionales que generan ansiedad por la comida.
Lo primero que tenemos que pensar es que nuestras carencias, insatisfacciones o problemas no se resolverán comiendo, sino afrontando las causas. Nunca serán suficientes todos los chocolates existentes en todo el mundo para calmar tu hambre interior. Una excelente ejercicio cuando estés sintiendo ansiedad por comerte un antojo es detenerte y preguntarte: ¿qué es realmente lo que está pasando aquí? Toma un respiro profundo y busca dentro de tu alma y tu corazón qué es lo que te hace falta, qué estás tratando de compensar comiendo ansiosamente. Cuando nades en las profundidades de tu ser, hallarás lo que te hace falta, cuando lo encuentres haz algo con ello: resuelve el problema, pide ayuda, trabaja interiormente y encuentra la paz y la armonía dentro de ti.
El desarrollo profesional, las relaciones, la espiritualidad y la actividad física, constituyen otra forma de nutrición, ya que las buenas emociones que nos generan cuando están balanceadas y en equilibrio todas estás áreas de la vida de cualquier persona, nos nutren interiormente y nos hacen sentir felices.
Una excelente técnica para descubrir porqué ansiamos la comida es escribir un diario en donde hagas un inventario día por día de tus antojos, escribe qué tipo de alimento ansiaste,  en la escala del 1 al 10 en qué intensidad lo deseaste, cuál fue el momento del día en el que experimentaste esa sensación, qué habías comido previamente, cuáles eran los pensamientos que cruzaron por tu mente en ese momento, en qué situación te encontrabas, etc. Todo ello te dará las pistas para descubrir cuáles son tus carencias y por dónde empezar a trabajarlas.
Otra técnica muy buena para evitar los atracones alimenticios es en lugar de comerte eso que ansías, en ese momento decide hacer otra cosa diferente que no esté conectada con la comida. Aquí varios ejemplos:
  1. Sal a caminar a un parque
  2. Llama a una persona querida que hace tiempo no contactas
  3. Tómate un baño relajante, prende velas aromáticas y pon música suave
  4. Regálate un masaje con aceites aromáticos
  5. Escucha tu música preferida
  6. Lee el capítulo de un libro que te guste mucho
  7. Toma una clase de yoga
  8. Medita 15 minutos
  9. Frota tu piel con una toalla caliente y húmeda
  10. Abraza a un árbol, etc.
Después cuando encuentres un momento de intimidad, te sugiero escribirle una carta a tu cuerpo como la que menciona Joshua Rosental en el libro Integrative Nutrition , con la intención de hacer las paces con él y lo reivindiques. Podrías decirle algo similar a esto o hacer tu propio script:

Querido cuerpo:

Después de profundizar mucho en mis pensamientos,
he decidido ser más considerado y agradecido contigo.
Acepto con todo mi amor la forma en la que estás tratando de decirme
que me amas y que quieres lo mejor para mi mismo.
Prometo ser más paciente y escuchar tus señales
para que no tengas que gritarme lo que te hace falta.
Te ofreceré comida saludable y agua para darte
la nutrición que necesitas.
Me ejercitaré regularmente y cuidaré de mis relaciones

para sentirme más en paz y feliz con la vida.
Aceptaré el poder que tienes para curarme
y te cuidaré como el templo que eres para mi alma.
Prometo aceptarte tal como eres y cuidarte todos los días.
Es un honor habitarte.
¡¡¡Te amo!!!
Tu firma:
Ahora que ya sabes que la manera de comer descontrolada puede tener un origen emocional, se más considerado contigo mismo y aprende a escuchar tu sabiduría interna, de esa manera podrás darte sentimientos y pensamientos nutritivos y tu cuerpo no va a pedirte desesperadamente que te enfoques en él.
Fuente: Vivir Sanamente

6 datos sobre los hornos microondas

1. Los microondas nunca fueron investigadas a fondo antes de su aprobación en los Estados Unidos. El horno de microondas fue desarrollado hace más de 80 años, y en la Segunda Guerra Mundial soldados alemanes recibieron estos hornos para calentar sus comidas. Los alemanes llevaron a cabo varios estudios sobre el efecto biológico de la utilización de microondas, las cuales fueron transferidas a los Estados Unidos para una mayor investigación científica, pero nunca fueron investigados a fondo antes de que estos hornos fueron producidos en masa para el público en general. La FDA afirma, incluso hoy, que no se han realizado estudios a largo plazo sobre los efectos de los alimentos en el microondas en los seres humanos, sin embargo, los estudios que los alemanes produjeron son en realidad los mismos que Rusia utilizó en la expedición de la prohibición temporal de hornos de microondas en 1976 (fue levantada después de un cambio en el poder político). Los estudios realizados indican que varios de los soldados alemanes desarrollaron cáncer de la sangre ya que las microondas anulaban el contenido nutricional de los alimentos.
2. Los microondas destruyen el valor nutritivo de los alimentos. Parece tan lógico… Los alimentos vivos, sanos y nutritivos son matados en cuestión de segundos cuando se utiliza un horno de microondas. Somos la única especie del planeta que destruye el contenido de nutrientes de los alimentos antes de comerlos. Un estudio publicado en la edición de la Revista de la Ciencia de la Alimentación y Agricultura 11 2003 encontró que el brócoli cocinado en el microondas pierde hasta el 97 por ciento de su acción antioxidante. In el libro “La salud comienza en el colon ” – el Dr. Group dice que un horno de microondas desintegra y cambia la estructura molecular de los alimentos por el proceso de radiación. La radiación rompe cualquier tipo de vitaminas y minerales en los alimentos y cambia su estructura natural. Su cuerpo no puede manejar estas moléculas irradiadas y eventualmente debilitar su sistema inmunológico y digestivo ya que no le proporciona una nutrición adecuada. Además, es ampliamente conocido que la vitamina B12 se vuelve completamente inactivo una vez calentada en un microondas. Esta es una vitamina esencial para los vegetarianos, ya que nuestro suelo se ha agotado de esta vitamina importante en los últimos años.
El Dr. Mercola citó un estudio en el que se descubrió que los microondas pueden destruir los agentes que combaten las enfermedades esenciales en la leche materna que ofrece protección para su bebé. El estudio encontró que la leche materna calentada pierde actividad de la lisozima, anticuerpos, y fomentó el crecimiento de bacterias potencialmente patógenas. Todas las mamas lo saben: NUNCA SE DEBE CALENTAR UN BIBERON EN EL MICROONDAS.
3. Las microondas crean compuestos cancerígenos en los alimentos. Se ha comprobado que calentar carne, productos lácteos, plásticos y papel crea carcinógenos. La Nutrition Action Newsletter reportó la fuga de numerosos productos químicos tóxicos de los envases de alimentos para microondas comunes, incluyendo pizzas, patatas fritas y palomitas de maíz. Estos productos químicos incluyen BPA, terpthalate de polietileno (PET), benceno, tolueno, y xileno. Calentar alimentos grasos en recipientes de plástico conduce a la liberación de dioxinas (carcinógenos conocidos) y otras toxinas. El resumen de las investigaciones rusas publicado por un Centro Educativo en Portland, Oregón mostró que carcinógenos se formaron en casi todos los alimentos probados aun cuando la comida no se puso en el microondas más de lo necesario para lograr el propósito, es decir, cocer , descongelar , calentar o para asegurar la ingestión sanitaria (matar bacterias).
4. Las microondas proporcionan una exposición diaria innecesaria a la radiación.
No puedo utilizar a sabiendas un microondas teniendo en cuenta que están destruyendo poco a poco mis células. De acuerdo al libro “Cancer is Not a Disease – It’s a Survival Mechanism”, “cuando te pones delante de un microondas, comenzarás a sudar y luego cocinar desde adentro hacia afuera, al igual que la comida se cocina en el horno de microondas. El calor es generado por el rápido movimiento de las moléculas y la ruptura de los enlaces moleculares. Cada año millones de aves mueren cuando están demasiado cerca, o cuando se sientan en las torres de telefonía celular. Y, aparentemente, la misma cosa puede pasar al cuerpo humano cuando se expone a este tipo de radiación sobre una base regular. Después de todo, las células humanas están hechas de moléculas y los enlaces moleculares se rompen y se destruyen cuando se exponen a la radiación”.
5 Las microondas pueden crear problemas de salud severos.
El aumento increíble de la obesidad puede estar vinculado a la adopción masiva de las microondas. Gracias al microondas, se ha hecho extremadamente fácil y cómodo de comer alimentos procesados que, puestos en el microondas destruye aún más su poco contenido nutricional. Más comes comida irradiada, más necesitas comer para ingerir los ingredientes para vivir; y más aumentas las calorías que consumes tratando de obtener la nutrición que tu cuerpo tan desesperadamente necesita. Un estudio clínico suizo, realizado por el Dr. Hans Ulrich Hertel encontró cambios significativos y preocupantes en la sangre de las personas que consumen leche y verduras del microondas. Ocho voluntarios comieron varias combinaciones de los mismos alimentos cocinados de diferentes maneras. Todos los alimentos que se cocinan en el microondas causaron cambios en la sangre de los voluntarios. Los niveles de hemoglobina disminuyeron y los niveles de glóbulos blancos en general y los niveles de colesterol aumentaron. El médico en este estudio fue realmente capaz de curar a las personas que fueron diagnosticados con fatiga crónica haciendo que literalmente tiraran su microondas.
Por último por no menos importante, el Dr. Masaru Emoto, quien es famoso por tomar fotografías de distintos tipos de aguas y los cristales que se formaron en el libro llamado ” mensajes ocultos del agua “, encontró agua que estaba en el microondas no formó cristales hermosos – pero cristales en vez formadas similares a las formadas cuando se expone a los pensamientos o creencias negativas. Si esto está ocurriendo a sólo agua – Sólo puedo imaginar lo que un horno de microondas está haciendo a los nutrientes, la energía de nuestros alimentos y de nuestros cuerpos cuando consumimos alimentos procesados en microondas. Para el experimento de la foto de arriba, el agua en el microondas produce una estructura física similar a cuando las palabras ” satanás ” y ” Hitler ” fueron expuestos repetidamente al agua. Este hecho es, probablemente, demasiado cursi para la mayoría de la gente – pero yo quería incluirlo porque a veces las cosas que no podemos ver a simple vista o incluso comprender plenamente podrían ser la forma más poderosa para desbloquear la curación espontánea

sábado, 27 de diciembre de 2014

COMO TUS EMOCIONES AFECTAN TU FORMA DE COMER

¿Qué puedes hacer para nutrirte bien y dejar de ansiar la comida?

La solución no está en prohibirse los alimentos deseados, porque como cualquier cosa prohibida: ¡la ansiamos más y vamos por ella! sino en conseguir una alimentación balanceada y rica en nutrientes. Aquí van algunas recomendaciones que te ayudarán a controlar el apetito desmedido:
  1. Toma mucha AGUA, mucha gente sufre de deshidratación crónica sin darse cuenta, la cual puede confundirse con hambre. Cuando se presente un antojo, antes de comerlo bebe un vaso de agua y observa si con eso la sensación desaparece, te vas a sorprender cuántas veces confundiste el hambre con la sed. No sustituyas con nada el agua natural, es un valioso líquido que tu cuerpo necesita y que te ayudará a controlar la ansiedad. Como recomendación general necesitamos entre 8 a 10 vasos de éste valioso líquido, y si el clima es caluroso y haces ejercicio, necesitarás mayor cantidad. Un buen tip para saber si estás bien hidratado es observar tu orina, ésta tiene que ser sumamente clara y transparente, si ves que tu orina tiene un color ámbar, está muy concentrada y no orinas con frecuencia, inmediatamente ve a beber agua, la necesitas urgentemente.
  2. Aumenta tu consumo de FIBRA a través de la ingesta de verduras verdes crudas, frutas enteras con cáscara, cereales integrales y leguminosas como frijol y lenteja. Estos alimentos contienen un componente que no se digiere que se le llama fibra y que al combinarse con agua se expande en tu aparato digestivo ayudándote a sentir confortablemente satisfecho por más tiempo. Además la fibra ayuda a evitar el estreñimiento y retrasa la absorción de azúcares en la sangre, siendo de mucha ayuda para personas diabéticas o con síndrome metabólico.
  3. Ingresa a tu cuerpo alimentos con extraordinario valor nutricional como verduras, frutas, pescados azules, cereales integrales e incorpora siempre que sea posible superalimentos como bayas de goji, espirulina, linaza, amaranto, quinoa, jugos verdes, entre otros, todos estos alimentos aportan muchos nutrimentos y son bajos en calorías.
  4. Toma un suplemento alimenticio que contenga una mezcla completa de vitaminas y minerales para que no tengas carencia de ninguno de ellos, pues basta que uno esté ausente para que tu cuerpo te lo pida a gritos o enferme.
  5. Cuando la ansiedad es desmedida, se pueden emplear algunossupresores naturales del apetito como la yerba mate, el té verde  y extractos naturales de hierbas como Irvingia Gabonensis (mango africano); estos alimentos te ayudarán a controlar la ansiedad por los alimentos.
Ahora abordaremos el otro aspecto, no menos importante que es el “Hambre Emocional“. Es bien sabido que las emociones juegan un papel muy importante en la forma en la que comemos.
 
Muchas personas comen cuando no tienen hambre para llenar vacíos emocionales, por que están aburridas, porque se sienten solas, por estrés, porque no tienen relaciones satisfactorias, porque tienen un trabajo estresante, porque necesitan premiarse, para festejar algo, después de una larga jornada laboral, etc. Hay un sin fin de causas emocionales que generan ansiedad por la comida.
 
Lo primero que tenemos que pensar es que nuestras carencias, insatisfacciones o problemas no se resolverán comiendo, sino afrontando las causas. Nunca serán suficientes todos los chocolates existentes en todo el mundo para calmar tu hambre interior. Una excelente ejercicio cuando estés sintiendo ansiedad por comerte un antojo es detenerte y preguntarte: ¿qué es realmente lo que está pasando aquí? Toma un respiro profundo y busca dentro de tu alma y tu corazón qué es lo que te hace falta, qué estás tratando de compensar comiendo ansiosamente. Cuando nades en las profundidades de tu ser, hallarás lo que te hace falta, cuando lo encuentres haz algo con ello: resuelve el problema, pide ayuda, trabaja interiormente y encuentra la paz y la armonía dentro de ti.
 
El desarrollo profesional, las relaciones, la espiritualidad y la actividad física, constituyen otra forma de nutrición, ya que las buenas emociones que nos generan cuando están balanceadas y en equilibrio todas estás áreas de la vida de cualquier persona, nos nutren interiormente y nos hacen sentir felices.
 
Una excelente técnica para descubrir porqué ansiamos la comida es escribir un diario en donde hagas un inventario día por día de tus antojos, escribe qué tipo de alimento ansiaste,  en la escala del 1 al 10 en qué intensidad lo deseaste, cuál fue el momento del día en el que experimentaste esa sensación, qué habías comido previamente, cuáles eran los pensamientos que cruzaron por tu mente en ese momento, en qué situación te encontrabas, etc. Todo ello te dará las pistas para descubrir cuáles son tus carencias y por dónde empezar a trabajarlas.
 
Otra técnica muy buena para evitar los atracones alimenticios es en lugar de comerte eso que ansías, en ese momento decide hacer otra cosa diferente que no esté conectada con la comida. Aquí varios ejemplos:
  1. Sal a caminar a un parque
  2. Llama a una persona querida que hace tiempo no contactas
  3. Tómate un baño relajante, prende velas aromáticas y pon música suave
  4. Regálate un masaje con aceites aromáticos
  5. Escucha tu música preferida
  6. Lee el capítulo de un libro que te guste mucho
  7. Toma una clase de yoga
  8. Medita 15 minutos
  9. Frota tu piel con una toalla caliente y húmeda
  10. Abraza a un árbol, etc.
Después cuando encuentres un momento de intimidad, te sugiero escribirle una carta a tu cuerpo como la que menciona Joshua Rosental en el libro Integrative Nutrition , con la intención de hacer las paces con él y lo reivindiques. Podrías decirle algo similar a esto o hacer tu propio script:

Querido cuerpo:

Después de profundizar mucho en mis pensamientos,
he decidido ser más considerado y agradecido contigo.
Acepto con todo mi amor la forma en la que estás tratando de decirme
que me amas y que quieres lo mejor para mi mismo.
Prometo ser más paciente y escuchar tus señales
para que no tengas que gritarme lo que te hace falta.
Te ofreceré comida saludable y agua para darte
la nutrición que necesitas.
Me ejercitaré regularmente y cuidaré de mis relaciones

para sentirme más en paz y feliz con la vida.
Aceptaré el poder que tienes para curarme
y te cuidaré como el templo que eres para mi alma.
Prometo aceptarte tal como eres y cuidarte todos los días.
Es un honor habitarte.
¡¡¡Te amo!!!
 
Tu firma:
 
Ahora que ya sabes que la manera de comer descontrolada puede tener un origen emocional, se más considerado contigo mismo y aprende a escuchar tu sabiduría interna, de esa manera podrás darte sentimientos y pensamientos nutritivos y tu cuerpo no va a pedirte desesperadamente que te enfoques en él.
 
Fuente: Vivir Sanamente

lunes, 17 de noviembre de 2014

alimentación y envejecimiento

En los últimos tiempos, y en forma gradual, la gente va lentamente tomando conciencia de la importancia que la alimentación tiene en nuestra salud. En el siglo V AC, Hipócrates sentenciaba “que tu alimento sea tu medicamento”. Dentro de la Medicina Tradicional China (MTC), cuyo cuerpo teórico puede rastrearse hasta el 2300 AC aproximadamente, ya estaba contemplada la dietoterapia y existen tratados completos de cómo la alimentación puede ser utilizada en forma terapéutica.
Más cerca en el tiempo, la Medicina Orthomolecular nos ha facilitado esta comprensión al encontrar la relación existente entre determinados nutrientes presentes en los alimentos y las funciones biológicas que los mismos cumplen en nuestro organismo; de esta forma podemos encontrar que ciertos alimentos pueden ayudarnos a prevenir enfermedades y si bien el envejecer no es una enfermedad en sí misma, muchos de los factores asociados pueden ser modificados a través del cuidado en la alimentación, especialmente evitando cosas que aceleren el deterioro celular.
En esta línea, debemos conocer cuáles son estos factores para saber cómo evitarlos.
El principal elemento a tener en cuenta en lo que a envejecimiento prematuro se refiere, es la cantidad de radicales libres circulando en nuestro sistema.
Los radicales libres son productos biológicos que nuestro organismo produce, ya sea en forma preventiva, como mecanismo de defensa, o bien como deshecho metabólico. Al ser elementos producidos por el organismo, también tenemos mecanismos para contrarrestarlos y que no degraden nuestras propias células.
El problema es cuando la cantidad de radicales libres es superior a la que nuestro organismo puede procesar y estos agentes se unen a las membranas celulares, degradándolas rápidamente. Esto se da a nivel de la membrana celular propiamente dicha (la que separa a la célula del medio externo), a nivel de la membrana nuclear (dejando el núcleo expuesto y más sensible a agresiones externas con el riesgo de sufrir mutaciones que pueden derivar en enfermedades metabólicas o cáncer) e incluso a nivel de las mitocondrias, la mismísima fuente de energía celular.
Y como es obvio que estamos compuestos por células, el deterioro de éstas es nuestro propio deterioro. Es por lo tanto crucial evitar el exceso de radicales libres y, al mismo tiempo, aumentar la cantidad de antioxidantes, que son los elementos encargados de anularlos.
¿Y dónde podemos encontrarlos en general a unos y otros?
A grandes rasgos, se puede decir que frutas, verduras y cereales contienen buena cantidad de antioxidantes y que los alimentos industrializados o demasiado procesados, contienen y generan gran cantidad de radicales libres. Por ejemplo, se sabe que el arándano posee elementos que evitan que la Escherischia coli se fije a las paredes uroteliales de la vejiga, ayudando a combatir las cistitis; pero también posee antocianidinas, que son poderosos antioxidantes que actúan especialmente a nivel ocular, evitando el deterioro prematuro de la vista.
Las crucíferas (repollo, brócoli, coliflor, etc.) poseen selenio, otro antioxidante que entre otras cosas nos ayuda a prevenir el cáncer, mejora la calidad del esperma en el hombre, y contrarresta los radicales libres generados entre otros por el cigarrillo;
el ajo y la cebolla poseen azufre, necesario para las uniones de enzimas antioxidantes como la glutatión peroxidasa;
el germen de trigo posee vitamina E, otro poderoso antioxidante;
los cítricos, el kiwi y el perejil poseen cantidades de vitamina C.
Por otro lado, las grasas trans presentes en muchos alimentos aceleran el deterioro de las membranas celulares, generando lipoperoxidación al igual que los radicales libres. Los miles de aditivos químicos agregados a los alimentos, al igual que los metales pesados incorporados a nuestro organismo mediante contaminaciones accidentales o iatrogénicas son una increíble fuente de radicales libres, que acelera el envejecimiento celular, no sólo a nivel de la piel sino de cada célula de nuestro cuerpo.
En una sociedad cada vez más industrializada, tenemos por un lado la ventaja de tener manzanas y naranjas durante todo el año pero por otro, al ser tratada con fertilizantes y pesticidas, ser cortada de la planta todavía sin madurar, mantenida en cámaras frigoríficas y muchas veces pintadas y enceradas para que su aspecto sea más vistoso, no sólo disminuimos notablemente la cantidad de vitaminas presentes en ellas sino que agregamos elementos tóxicos y generadores de envejecimiento. A esto sumado los otros factores que causan deterioro celular prematuro como los metales pesados presentes en el medio, las radiaciones y el estrés nuestro de cada día, hacen que muchas veces debamos suplementar con cantidades extra de antioxidantes que es entre otros elementos la base de los tratamientos antienvejecimiento,
La expectativa de vida en nuestro medio es cada vez más alta, aunque no siempre va de la mano con calidad de vida. Alcanzar una vida longeva y plena, en completo control de nuestras facultades, es posible teniendo una participación activa en el cuidado de nuestra salud, siendo la alimentación uno de los pilares fundamentales, guiándose por la propia biología y no por lo que venden los anuncios publicitarios que sólo están pensados para incrementar las ventas y no para cuidar nuestra salud.´

Dr. Gabriel Carrascosa Solar (Médico – MN 128831. Miembro de la Asociación Argentina de Medicina Integrativa (AAMI) y Docente de la Diplomatura Universitaria en Terapias Complementarias y Medicinas No Convencionales).